Por lo general, un juicio requiere preparación por ambas partes, no sólo por las declaraciones, sino también a la hora de aportar pruebas que demuestren aquello que reclamamos o defendemos. Concretamente, en los casos en los que se reclaman daños y perjuicios, un informe pericial puede ser fundamental para probar el importe de los mismos o conseguir nuestro objetivo. Pero… ¿Qué pasa si no aporto un informe pericial en un juicio?
Puede suceder que no demos importancia al caso o no consideremos necesaria la valoración por parte de un perito, pero tenerlo o no tenerlo puede marcar el rumbo del resto del juicio.
Si la otra parte no aporta un informe pericial, el juez no nombra un perito y el juicio se basará en opiniones, ya que los hechos no pueden probarse. La parte demandante tiene la obligación de probar aquello que denuncia y si no hay pruebas suficientes, se puede exculpar al demandado. En caso de que el juez nombre un perito, su testimonio puede ser crucial para resolver el caso, por lo que si se da esta circunstancia podría pasar cualquier cosa.
Si la otra parte aporta un informe pericial, el juez creerá la versión que sostenga el peritaje contrario. En este caso, es muy probable que perdamos el juicio con costas, lo que supone unos gastos importantes. Si el juez no creyese el informe contrario, pero tampoco considera que probemos lo que demandamos, puede ser que no haga responsable a la otra parte y el caso quede cerrado.
En resumen, solicitar la elaboración de un informe pericial puede solucionarnos muchos problemas de cara a un juicio por un coste muy bajo, ya que no sólo estaremos demostrando aquello que reclamamos, sino que estaremos evitando la posibilidad de tener que pagar las costas por falta de pruebas.
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